EPI y tú: Cómo proteger tu piel y ayudar a prevenir las lesiones por presión
A medida que aumenta el uso de EPI por parte de los profesionales sanitarios, también hemos visto una correlación positiva con un aumento significativo del problema de las lesiones cutáneas relacionadas con los Equipos de Protección Individual (EPI).
Al atender a los pacientes afectados por COVID-19, es probable que trabajes durante más horas y lleves un EPI más exhaustivo que nunca1.
Así es cómo los daños en la piel del rostro se han convertido en un problema común, causados por el uso de mascarillas de protección respiratoria (respiradores) durante periodos prolongados.
De hecho, con frecuencia se señalan problemas de ardor, picor, eritema, pápulas, maceración, fricción y daños provocados por la presión de los equipos.
Por ello, es importante recordar que, incluso en tiempos difíciles, tu propia salud y seguridad también son importantes.
Prepara tu piel para el uso de EPI
En un oportuno editorial publicado por el profesor Amit Gefen*, que presidió el Grupo Mundial de Expertos, como seguimiento del Documento de Consenso Internacional de 2020 sobre las lesiones por presión relacionadas con productos sanitarios, se explica que «los materiales de las mascarillas hacen mella y dañan mecánicamente la piel del rostro, un efecto que se ve aún más incrementado por la transpiración»2. Este tipo de daños en la piel puede suponer un riesgo aún mayor de sufrir lesiones por presión relacionadas con productos sanitarios (MDRPI, por sus siglas en inglés), e infecciones.
Como respuesta a la situación actual, NHS England y NHS Improvement publicaron el 9 de abril de 2020 unas nuevas directrices tituladas «Ayudar a prevenir los daños en la piel del rostro con equipos de protección individual». El mensaje clave es mantener la piel limpia e hidratada o humectada, utilizar una película de barrera para protegerla de humedades como el sudor, garantizar el uso de una mascarilla correctamente ajustada para evitar la presión, la fricción y el roce, además de descansar periódicamente del uso de las mascarillas, si es posible, para dar tiempo a la piel a recuperarse.
Además, para ayudar a mitigar o, al menos, reducir la posibilidad de que se produzcan daños en la piel o lesiones o infecciones relacionadas con la piel, existe una gama de productos que pueden ayudar a mantener la piel en perfectas condiciones.
Sigue el proceso paso a paso en este cartel descargable para aprender a preparar adecuadamente la piel y ayudar a protegerla de la sobreexposición de los EPI. También puedes compartir este cartel sobre prácticas adecuadas de lavado de manos e hidratación que ayudan a mantener la barrera natural de la piel, y consultar esta guía de productos para conocer las herramientas que puedes utilizar para ayudar a reducir las lesiones por presión relacionadas con los productos sanitarios.
Ten en cuenta que si utilizas un apósito profiláctico u otros productos protectores de la piel bajo el EPI, es esencial que te asegures de que no interfiere con la eficacia de tu EPI. Consulta esta guía sobre cómo ponerse, quitarse y desechar correctamente una mascarilla respiratoria.
Principales conclusiones
- Antes de atender a tus pacientes, dedica una parte de tu tiempo a ti mismo y reduce el riesgo de sufrir (aún más) daños en la piel que pueden conducir a la aparición de lesiones por presión relacionadas con productos sanitarios.
- El deterioro de la piel bajo las mascarillas puede comprometer la barrera natural de la piel contra las bacterias que podrían entrar en ella.
- Debes tener cuidado cuando utilices protectores de la piel junto con el EPI para asegurarte de que se mantiene su integridad.
*El doctor Amit Gefen es profesor de ingeniería biomédica en la Universidad de Tel Aviv, expresidente del European Pressure Ulcer Advisory Panel y consultor de Medline.